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«“No” es no, ¿Qué parte no entiendes?», así titulé la carta cuando me contaron sobre ella, esto es una cita de lo mejor que pude recordarla (obviamente la carta original es mucho más explicita y contagia la cólera sin igual). «Guadalajara, 03 de diciembre de 1975 Querido imbécil. Soy yo, escribo está carta para decirte que pares. Ya, por favor, comprende, “No” es No, simple y sencillamente si ella te dice: “No […], ya basta” o cualquier señal que te de a entender que no le gusta lo que estás haciendo, déjala en paz, ella no quiere y punto, si no te reclama o no te denuncia, no significa que le haya gustado. Por favor, es fácil, también soy hombre y sé a leguas cuando no está bien hacer algo, también sé que tú igual, pero ¿Por qué no te detienes, por qué lo haces una y otra vez?, vives con ella y eso no te da el maldito derecho de poseerla, vas y, vas y, vas y sigues llendo a su habitación, ¿qué no ves su rostro, no hueles el miedo?, o acaso, ¿estás tan enfermo que lo disfrutas? Ya basta, vas y, vas y, vas detrás de ella que nada debe y aún así teme, ¡maldita sea!, estoy en Guadalajara y me da rabia que no recibo cartas de «buenas nuevas», en su lugar recibo cartas de «malas viejas», malas noticias viejas que siguen y siguen repitiéndose. Si vuelves a ponerle una dedo encima te juro que iré yo mismo a tomar el asunto de la peor manera posible para ti. Respeta que tampoco es tan difícil, respeta que tampoco es imposible ¡Respétala! Qué sepas que pronto iré de visita. Pd. No vuelvas con amenazas, que ya ves que ella confía en mí y por mucho que te impongas ella me dirá. Firma: El hermano de quien abusas.» Lamentablemente, esta carta llego una semana después de que el destinatario se percatara de las cartas de su «amada». Una semana después de una pelea marital terminada en tragedia.
Desperté alterado, soñé que alguien se había metido a mi casa, fui por un vaso con agua, me di cuenta que seguía solo (mis padres y hermanos salieron a una fiesta y no han regresado), así que decidí recorrer la casa y echar un vistazo simplemente para sacarme la duda, quedarme tranquilo y poder volver a dormir, no encontré mis pantuflas que siempre dejo a un lado de mi cama así que estoy descalzo, silbé para llamar a mis perritos, no llegaron, tampoco los escuché ladrar (sumamente raro), —tal vez se quedaron atrapados en el patio —pensé y fui a revisar, yo seguía descalzo, cuando llegue a la cocina me corte con algo justo en la planta del pie, había restos de un vaso de vidrio en el suelo, los medio recogí y saque los fragmentos quebrados y filosos de mi pie, cojeé hasta llegar al patio, pero, nada: no estaban mis perros, además había mucha sangre en el piso, a caso ¿Tan grave es mi herida para dejar tanta sangre?, volví a cojear pero esta vez hacia el baño para poder lavarme la herida, me resbalé con tanta sangre que había dejado (en verdad era algo exagerado), me levanté como pude y aún pensando en mis perros renqueé hasta llegar al baño, lave toda la sangre de mi piel, me di cuenta que la herida no era nada profunda y era apenas notable, me asuste y corriendo fui a mi cuarto a buscar mi celular para llamar a mis padres y decirles «¡Regresen ya por favor!», llegué en seguida a fuera de mi cuarto (ya ni sentía el dolor en el pie), la puerta de mi cuarto estaba cerrada: yo no la dejé así, con terror en todo mi cuerpo, las manos sudorosas, tiritantes y el corazón latiendo tan fuerte que podía escucharlo, abrí la puerta de un solo golpe (sea lo que sea quiero saber que hay en mi cuarto), de reojo pude observar mis pantuflas encima de mi cama y manchas de sangre en el suelo donde aún no pisaba, quede paralizado por varios segundos (cada momento fue una eternidad), no reaccioné hasta que escuché ladrar a mi perrita con débiles aullidos y después de eso la escuché llorar al mismo tiempo que estallo ese maldito sonido de vidrio rompiéndose en mil pedazos...
Hoy mi hermano mayor quiso jugar conmigo, raro porque las pocas veces que está en casa lo encuentro ocupado o cansado (casi nunca me hace caso), pero hoy el me alzó, me dio vueltas y me hizo cosquillas hasta que casi me hago pipí, después se volvió a ocupar y ya no quiso jugar más. Cabe aclarar que mi hermano tiene 18 y yo 9. Una hora más tarde me dijo: «Estoy muy enojado, las cosas no me salieron bien: perdí mucho dinero y mis pastillas, por favor ¡No me molestes y aléjate de mí! No quiero lastimarte», la verdad me asusté mucho y lo dejé en paz. La última vez que perdió sus medicamentos se peleó a golpes con mamá y papá además me lastimó mucho porque me golpeó en el estómago, sin contar todos las ventanas, fotos y muebles que destrozó (eso fue hace un año). Ahora estoy escondido, mi mamá me escondió en el armario atrás de sus vestido largos, me dijo que estábamos jugando a las escondidas y que en caso de que mi hermano me encontrara corriera lo más lejos posible para no perder el juego contra él. Llevó mucho tiempo aquí, tengo miedo, ya no quiero jugar, además, estaba escuchando como se rompían cosas en el piso de abajo, escuché como mi mamá lloraba y mi papá discutía a gritos con mi hermano, estoy temblando y no puedo parar de llorar, sé que mi hermano se volvió loco, no escucho a mi papá, y dejé de oír a mi mamá llorar después de que sonó un fuerte golpe (sonó igual a cuando golpeo la pelota de béisbol con mi bat de aluminio), ahora escucho como se rompe todo, estoy seguro de que mi hermano está rompiendo retratos, ventanas, espejos y puertas con mi bat, escucho como sube las escaleras mientras mi bat es chocado con la barandilla, en eso se abrió el armario y entró mi hermano cerrando la puerta detrás de él, entró conmigo, me abrazó, me dijo a susurros «no te preocupes, te voy a cuidar, te voy a proteger y no dejaré que nos pase nada» y me tapó las orejas con sus manos que temblaban. A pesar de que tenía las manos de mi hermano tapando mis oídos, sigo escuchando como se destruye todo y como alguien golpea la puerta del cuarto para entrar...
«Listo, ya estoy muerta. Ahora que ya me lloraron, que ya me enterraron, que ya me pusieron flores y un epitafio apócrifo. Ahora que lo culpo a él de todo: Confirmó que me golpeó, me rompió la ropa, me arranco el cabello; me dejó sangrando, temblando, llorando y aterrorizada. Ahora que repito que fue él una y otra vez, ahora que ya no aguantó más, ahora que estoy completamente sola y que te diste cuenta que fue real, que él me violó una y otra y otra y miles de veces. Ahora que ya estoy muerta. ¡Quiero saber cuando! ¿Cuándo irás a por él? ¿Cuándo tomarás el cuchillo de la cocina, el arma de papá?, ¿cuándo llamarás a las puertas del templo, o entrarás a la fuerza? ¿Cuándo le pondrás el arma en la cabeza y le obligaras a confesar todo?, ¿cuándo le cortaras el pecho, brazos y piernas como él a mí? Y ¿Cuándo lo mataras hermano mío? ¿Cuándo evitaras que dañe a nuestra pequeña hermanita?» Miembros del jurado, esta carta fue escrita por la hermana del acusado y encima de la grafía de esta, está escrito con tinta roja la confesión del acusado: «Descansa en paz hermanita, ya lo hice»
Historia basada en hechos reales. ¡Bang! Sonó el disparo y la bala me hirió, soy profesor de lectura, redacción, literatura, moda, declamación y hasta oratoria. Me dispararon y todo sucedió así: «Dios mío, gracias por este maravilloso día», eso dije en la mañana y bajé a desayunar, desayuné hasta reventar (omelette y café), me dirigí con la mejor actitud y todas las ganas para dar clase en la universidad, allí imparto «Corte y Confección...». Después de una hora de viaje en transporte público (no tengo auto para no contaminar) llegué a mi parada, toqué el timbre para dar aviso al conductor que quería bajar, el chofer se detuvo, le di las gracias y bajé con mi mochila en la espalda, mi enciclopedia en el brazo y la sonrisa positiva en mi rostro. «Es un gran día» pensaba al caminar las dos calles que faltaban del paradero a la universidad. Es un gran y bonito vecindario, pero hay una que otra bolsa en el suelo, las recojo y así pongo mi granito de arena. Apenas son las 8:30 y ya hice mi buena acción del día, justo al principio de la segunda calle hay un bote de basura, tiré las tres bolsas que levanté en la calle anterior, seguí caminando y me topé con un sujeto, se veía nervioso y bastante sospechoso, no lo juzgué, solamente le dije: «buenos días» él respondió de la misma manera, seguimos cada cual por su rumbo (al menos eso creí en el momento), no di ni diez pasos, cuando vi otro tipo viniendo por mí, él caminaba aún más azogado que el fulano de atrás, recuedo claramente que usaba uniforme de guardia. De reojo me percaté que el primer sujeto dio media vuelta y ahora venía por detrás mío, «algo no está bien, estoy rodeado» pensé y me cambié de acera, la verdad fue un poco tarde, yo ya estaba súper nervioso, con la cara pálida, las manos sudorosas y tiritando, mis piernas temblaban y en mi mente encabezados recientes: "asaltos en incremento", " la ciudad bajo fuego", "Asaltantes armados atacan en dúo"… mis pensamientos fueron interrumpidos por una frase «¿Ey, qué hora es?», me dijo el hombre de uniforme, mientras se acercaba a mí, me fije en la hora en mi reloj de pulsera, muy apenas pude distinguir los números y las manecillas de lo mucho que temblaba mi brazo, con la voz llena de pavor le dije: «ocho treinta y d...» no termine la frase, él me interrumpió diciendo: «si corres te disparo».... Pues corrí, no pensé, no dudé, simplemente corrí sin ver atrás, tenía mi mochila en la espalda, mi enciclopedia en el brazo y con el rostro blancuzco, aun así corrí y corrí, no me detuve. Fue entonces cuando escuché un ¡Bang! Fue el disparo que el maldito prometió si yo corría, mi cuerpo tuvo control total de mi mente, y corrió aún más rápido, volteé a ver mi enciclopedia y la vi toda manchada de sangre, ya no era blanca con tinta negra, era roja con más rojo, grité por dentro y al parecer también por fuera porque había una señora viéndome con la cara llena de sobresalto y miedo, yo seguía corriendo, sentía el líquido caliente en mi barbilla escurriendo por mi cuello, miré mi camisa blanca, pero en su lugar encontré una camisa escandalosamente roja, me acoquiné y volví a gritar más fuerte… ese grito consumió todas mis energías (me quedaban pocas, pues corrí mucho y al parecer perdí mucha sangre), después me desmayé. Ahora recién despierto estoy escribiendo esto para dar testimonio de lo ocurrido, tengo pocas energías, me siento muy débil, solamente escribo garabatos y todo esta rojo, rojo colorado, rojo carmesí, hasta rojo encarnado… a quién sea que lea esto por favor valore todo: porque todo podría perderse con una bala…
Existen 5 etapas del sueño, yo apenas estaba en la primera, o tal vez la segunda, en cualquier caso fui despertado por una flash o algo parecido. Sentí que me tomaron una foto, juro que hasta escuché el «click» de la cámara. En serio estoy muy asustado, nunca me había pasado esto, afuera el cielo se está cayendo, hay muchos truenos y el doble de relámpagos. Bueno, tal vez fue un trueno lo que escuché y un destello de rayo lo que vi, o simplemente fue un sueño. De todas formas ya estoy despierto, por la tormenta o por una pesadilla, igual voy a revisar mi casa (la semana pasada se metieron y robaron la casa de los vecinos), para variar estoy solo, toda mi familia se fue de viaje (mis padres y hermano), revisé mi closet, me puse tenis y tome mi bate, salí de mi cuarto, entré en el de mi hermano, revisé rápidamente y todo estaba bien, salí cerrando la puerta detrás mío, entré a la habitación de mis padres y también estaba limpia, pero estaba mi cámara encima de la cama de mis papás, «¿allí la dejé?» me pregunté a mí mismo, y me respondí «creo que sí», no le di mucha importancia y salí, volviendo a cerrar la puerta detrás mío, entré al baño (la luz estaba encendida) revisé la regadera, pero todo estaba bien. Bajé a la sala, nada raro, lo mismo la cocina, el patio, la cochera y el comedor. Me aseguré que todas las ventanas y puertas estuvieran cerradas con llave (me tardé como 20 minutos, pero ahora dormiré tranquilo), todo quedó muy bien sellado en el piso de abajo, ahora estoy seguro que nadie puede entrar. Cuando iba subiendo las escaleras vi que había una luz titilando, tomé muy fuerte el bate y subí muy lentamente, la puerta del baño, del cuarto de mis papás y el mío estaban cerradas, pero la de mi hermano no, «ya cerré la casa y ese maldito ladrón no escapará» pensé y caminé por el corto pasillo con valentía, acoquinado y tiritando de nervios. Entré al cuarto de mi hermanito, entré y cerré la puerta, tenía el bate en mis manos y golpeé a lo que se movía, no vi muy bien porque las luces parpadeaban, pero estoy seguro que lo derribé de un solo golpe, se escuchó como callo al suelo. Apagué y prendí la luz (así deja de fallar y se queda encendida), me asomé para ver a mi contrincante, me di cuenta que era un gato ¡Un maldito gato negro! ¿Cómo pude matar un gato de un solo golpe? ¿Qué clase de persona soy? Apenas iba a recogerlo cuando escuché claramente una risa, el cuerpo se me entumeció completito, la sangre se me fue a los pies, y casi suelto un grito… me calmé a mi mismo, agarré el bate, abrí la puerta del cuarto que ya no era de mi hermano, si no de un gato muerto, se escuchan los «clicks» de que están tomando fotos, salí de la habitación del gato, pude observar como salían flashes por debajo de la puerta de mis padres, en serio que estoy muerto de miedo, corrí a mi cuarto, llamé a la policía, pero no contestan ¿Qué rayos está pasando? Estoy decido, tengo el bate con mis dos manos y voy a matar a quien sea que este en la recámara de mis padres, estoy justo afuera de su cuarto, escucho risas y sigo viendo como escapan flash tras flash por debajo de la puerta. Siento que mi corazón se saldrá del pecho y que me falta el aire, abrí la puerta de un tirón, hay mucha sangre y varios gatos muertos, encima de la cama hay un tipo parado con una cámara tomando fotos mientras ríe, lo golpeé y cayo igual que el gato: de un solo golpe. Estoy muy asustando. Necesito ayuda, llamé a la policía pero nadie responde, acaban de apagarse todas las luces de arriba y ahora escucho llanto y veo que titilan las luces del piso de abajo…
Otra vez se escuchan ruidos en la casa de al lado, esa casa lleva 1 año abandonada. Recuerdo muy claramente a la bonita pareja que antes vivía ahí, los veía y sentía envidia de su relación. Él era un chavo súper buena onda, alto, con la piel blancuzca y el cabello largo (se parecía a Jesús); ella una chica hermosísima, de cabello corto color negro, más negro que cualquier noche sin estrellas... Ellos dos hacían toda clase de cosas, ir a la tienda, pasear al perro, correr por el parque, pintar su casa, bueno infinidad de cosas que hacían, pero siempre las hacían juntos, mis papás eran así (al menos eso dice mi mamá). Esa parejita ejemplar llegó aquí hace 3 años. Durante casi dos años parecía que todo estaba bien, hasta que una noche escuché muchos ruidos provenientes de su casa, todo estaba fuera de control: su perro no dejaba de ladrar, se escuchaba como se destruían puertas, como se quebraban ventanas y toda clase de vajilla, además de los gritos como de una niña… Mi cuarto esta pegado a su casa, yo podía escuchar todo casi como si estuviera en la casa de mis vecinos (ex vecinos), todo estaba muy fuera de control, las cosas se oían tan mal que llego una patrulla, me di cuenta porque por mi en ventana vi luces azules y rojas de la torreta de la patrulla, recorrí la cortina, me asomé, volteé hacia abajo, vi al policía bajarse de su vehículo, acomodarse el pantalón y golpear 3 veces el portón de la pareja (me puse nervioso pensé que quien abriría la puerta estaría muy herido y lleno de sangre), el corazón me bombeaba muy fuerte, me mataba la curiosidad de saber que pasaba en esa casa. La puerta se abrió, los dos salieron como si nada, hablaron 2 minutos con el policía, se despidieron y regresaron adentro, todo parecía normal, los gritos cesaron, hasta el perro se había callado, al parecer el policía no vio algo anormal y se fue. Pasaron unos 40 minutos, otra vez el caos y el repeluzno regresaron, en esta ocasión empezó a llover (el cielo se caía), a pesar de la fuerte tormenta era fácil desde mi cuarto oír todo: los muebles, puertas y ventanas destrozándose, los retratos, copas, botellas, tazas y platos quebrándose, también se escuchaban los relámpagos/truenos de la tormenta, y esos malditos gritos de niña sufriendo. Así duró el resto de la noche, a ratos paraban por unos minutos y yo creía que ya todo estaba bien, pero siempre me equivoqué y el desastre continuaba. Al día siguiente, llegaron muchos policías e irrumpieron en la casa junto a la mía. Resultó que se había perdido Carlitos, un niño de 6 años que fue visto por ultima vez entrando a la casa de la bonita pareja… Encontraron de todo: tortura, sangre, pedaceras de cristal, vidrio, cerámica etc. encontraron drogas, cuchillos llenos de carne, un perro asesinado a golpes con una barrilla y lo que parecía quedar de un pobre pobre niño. Encontraron todo menos a los autores de ese infierno. Todo eso ocurrió hace un año, la casa quedó abandonada desde entonces, pero hoy otra vez escucho cosas quebrándose y no encuentran al hermanito de Carlitos…
Mientras tanto en un orfanato dirigido por monjas. Las hermanas del orfanato tenían todo bajo control (demasiado control). El convento convertido en orfanato fue creado con el propósito de acercar a las mujeres pecadoras a una vida llena de amor hacia Jesús, lamentablemente la iglesia machista ya no pudo (no quiso) costear el tener un convento de monjas hospitalarias, mendicantes y de congregaciones. Así que la madre superiora (la responsable de tener todo funcionado) tuvo una brillante idea: convertir el convento en un orfanato para pedir subsidios al gobierno. El hecho de haber creado un orfanato fue una gran idea, todas las personas que pasan por aquí quedan fascinados de lo bonito y «clásico» del lugar. Yo llegué aquí hace 6 años desde entonces he tenido solamente una propuesta de adopción, para mi desgracia la petición de la pareja fue fuertemente rechazada por ser homosexuales. Me hubiera gustado tener dos papás, mejor dos papás que ninguno… La madre Teresita, me regaló esta libreta con un pedacito de carbón para escribir, y mi mejor amiga me regalo un poquito de migajón para borrar si me equivoco. Mi mejor y única amiga se llama Dianita y mi maestra preferida es la hermana Teresita. Los demás niños son muy groseros, me roban mis cosas y los mas grandes me quitan las cobijas y las almohadas; las demás monjas me dan miedo porque son muy enojonas, estrictas y todas tienen una regla de madera para golpearnos cuando nos «portamos mal», la madre que más miedo me da es la madre superiora, no se como se llama… nadie sabe como se llama. Una vez hizo de comer un caldo que sabía horrible, yo me lo comí muy rápido sin respirar (si no como rápido me roban la comida), pero Dianita no comió, nadie se robo su comida porque el caldo sabía muy mal. Cuando nos sirvieron el caldo viscoso Dianita se levantó y pregunto a la madre superior si había otra cosa. No, come o no volverás a comer en 2 días —dijo la hermana. Dianita no comió y la madre cumplió. Dianita no comió durante 3 días, las demás hermanas tenían prohibido servirle cualquier cosa, yo le compartía de mi comida (cuando no me la robaban), hasta que la madre nos vio y me golpeo tan duro, una, otra y otra vez hasta que me abrió la piel para sacarme la sangre. Aún así le seguí ofreciendo de mi comida a Dianita, pero ella no la aceptaba para que ya no me pegaran. Así duro 5 días, hasta que era tanta el hambre que sentía mi mejor amiga, que le rogó a gritos y llanto que por favor le diera de comer: «Por favor, ya no volveré a no comer, me comeré todo ¡Lo prometo!, pero por favor ya déjeme comer". La madre no se tentó el corazón y de comida le dio el mismo caldo que Dianita no quizo comer, literalmente el mismo, la maldita madre superiora guardo el plato con el caldo en una repisa. Era tanta el habré de Dianita que venció su asco y se comió hasta la última gota de ese caldo apestoso, podrido, con hongos… De eso ya paso una semana, hay muchas personas del gobierno aquí, tienen dulces y nos hacen preguntas. La hermana Teresita me dijo que tal vez cierren el orfanato y me van a trasferir a otro, también escuché a una mujer del gobierno reclamándole a la madre superiora: «¿Cómo pudiste dejarla morir así?, se nota que casi nunca comía, además dice el forense que su enfermedad fue provocada por comer bacterias que solamente existen en comida putrefacta…». Creó que se refería a ti, solamente quiero decirte que te extraño mucho Dianita.
Soy el jardinero, atiendo los jardines más hermosos, tengo mi propio jardín, también mi propio huerto y soy propietario de medio bosque. Allí siembro y cultivo la flora más bella y excéntrica del mundo. Lo cuido todos lo días, me encanta el olor a césped recién cortado. Sin falta les cuento historias, al despertar y en el crepúsculo para dormir a todas y cada una de mis flores, también con cada fruta, verdura, baya, frutilla y leguminosa, pero los árboles no escuchan, más bien yo escucho sus cuentos, relatos e historias. El amante de animales tiene envidia de mí, él siempre está rodeado de bestias inmundas, de animales apestosos y roñosos, mientras yo soy perfumado por rosas y tulipanes, por girasoles y orquídeas. Ese maldito salvaje que se hace llamar amigo de animales, es una bestia, un verdadero animal sin bozal, lo odio. Justo ayer incendió mi jardín, mi huerta y mi bosque. No quedó nada, solo cenizas. Ahora soy jardinero de cenizas. Me vengaré y él será amigo de cenizas.
Nadie tiene ganas de vivir hoy. Observa, tan sólo mirar sus caras: están cansados, vienen de sus trabajos, tiendas, locales y casas. Sus rostros se encuentran vacíos y en sus ojos su alma pagada, casi muerta, está a escasas decepciones de ser asesinada, y yo pondré fin a su sufrimiento. Estoy harto, en mi mente llevo el colapso, en mis manos el sudor y en mi mochila «el arma», no pienso guardar la bomba mucho tiempo, ni tampoco sé si daré un discurso o advertiré sobre mi limpieza a todos esos esclavos ya muertos del sistema. Creo que no, creo que simplemente improvisaré. Después de estar sentado un buen rato pensando en si alguien lograba salvarse (se salvan si acaso logró ver algún brillo en sus ojos), descubrí que solamente dos niños que estaban tristes porque los regañaron «deja de perseguir a tu hermano, dejen de jugar», solamente esos niños merecen ser salvados. Ahora estoy caminando hacia ellos, les diré que afuera están regalando globos. A los ingenuos les brillaron los ojitos y fueron corriendo enseguida. Su madre ofuscada por el celular ni cuenta se dio de que sus hijos no estaban. Estoy decidido llevó todo preparado. Se escucha el «tic tac» del cronómetro y casi puedo ver los encabezados de mañana: «Explosión en Plaza», «Muchacho se escapa de internado y explota», «Mueren un montón de zombis del sistema». Veo como nadie sonríe, los veo atónitos, sin alma, llenos de nada, vacíos de todo. Tienen sus modernos y costosos celulares que jamás pude ni podre comprar. Voy rumbo al centro de todo, camino despacio, con la sonrisa en el rostro y las manos tiritantes y sudorosas, todos abren espacio, parece que les doy miedo. ¡Deberían tener miedo! Van a morir, yo los libraré de todo lo banal y superfluo. Mientras camino veo sus rostros, algunos ya sospechan algo, otros siguen siendo zombies en celulares (¡malditos muertos!) y mientras estoy a punto de llegar al centro, las mismas chicas que nunca faltan, me miran esperando que sus vestidos de marca y su maquillaje costoso tenga efecto en mí ¡Malditas putas! Eso no me parece interesante. De hecho ya nada me interesa, solamente crear conciencia de que morir es fácil. He llegado ¿Estoy listo?, creo que sí voy a morir, voy a estallar, haré «cahboomps» y me llevaré a 87 personas conmigo. Cuando saqué la bomba, no muchos parecían asustados, otros ni cuenta se dieron y, estoy seguro que nadie se dio cuenta de que íbamos a morir. Justo ahora quedan 30 segundos. Estoy sentado en el suelo, la bomba está enfrente (20 seg.), las personas han formado una rueda a mi alrededor (12 seg.), creen que soy un artista callejero, (9 seg.) solamente me ven escribir (5 seg.) ¡Mierda, veo globos! Los niños regresaron…
Ya sucedió, ya paso todo, el desastre sacudió mi maldita vida, la sacudió tan duro que mato a todos. Mis padres son fuertes… eran fuertes, sobre todo mi papá, él nos puso bajo la mesa a mamá, al perro, a él y mí. Gracias a eso todos sobrevivimos al terremoto, lo trágico fue que se quemó el apartamento, mi papá solo pudo conmigo y Zuzú nos siguió con la cola entre las patas. Cuando papá fue por mamá ya ninguno volvió. Desde entonces estoy solo, no tengo familia, ni amigos, vivo en la calle, duermo a veces en un parque o en otro, bajo el puente, debajo de aquel árbol o en el callejón de frutas feas. Zuzú está bien, aún la veo a ratos. Los primeros días se quedaba conmigo todo el tiempo, después solo dos o tres a la semana y ahora tengo suerte si la veo pasar. Mi ropa no me queda, mis zapatos están rotos y mis cabellos largos y enredados, para colmo mis dulces no se venden, todo porque no tengo ojos grises como la niña de los chocolates. Aprendí a cazar, a madrugar para tener los mejores puestos de chicles, la gente y sus prisas hacen que no se laven los dientes y me compren chicles, soy un genio, las personas necesitan chicles. También aprendí a cuidarme de las ratas y aprovechar la comida cuando la hay, guardo y escondo las sobras lejos de las ratas, perros y gatos donde nadie pueda robarlas jamás. Últimamente no hay comida y los restaurantes ya no me dan sobras, fue difícil superar el asco, mas, el hambre pudo más, cuando tenía casa vi en la tele un tipo en el bosque que comía gusanos, lombrices, moscas, cucarachas y demás insectos. No es tan malo cuando te acostumbras, hasta Zuzú se come sus pulgas, y yo ya no vomito ni con las cucarachas. Lo único malo es el dolor de panza y la fiebre que viene después de los calosfríos…
Aquí tenés un cuento de pilón :)
¡Adiós!Aquí narra la historia de como su valiente perro fue asesinado.
¡"Mi perro chapo [...] por chaparro"!Aquí podras escuchar de la propia voz de Sabines su poema llamado: "Uno es el hombre".
¡Más allá de tu soledad y de la mía, otra vez estás [...] aunque sea preguntándote a <<¿Qué vendrá despues de la soledad>>!León Guanajuato a 23 de octubre 2018